Se puede compaginar con el día a día: Al ser un servicio personalizado e individual, se puede elegir el momento del día que mejor se adapte al trabajo, estudios o ritmo vida.
No es necesario invertir demasiado tiempo: Normalmente con una hora por sesión con un entrenador personal, se saca más partido que dos por cuenta propia en un gimnasio. El motivo se debe a que se aprovecha el tiempo de entrenamiento al máximo con ejercicios eficaces.
Más motivación: Tener una persona acompañando, guiado y apoyando hará que se rinda mucho mejor y la motivación se mantenga. No es lo mismo trabajar solo que siguiendo las pautas de alguien que apoya cada paso que se de.
Menos lesiones: El entrenador personal evitará que se cometan errores al hacer los ejercicios, evitando lesiones o posibles peligros con ciertas maquinarias.
Atención individual y personalizada: Al contrario de lo que pasa al acudir a un gimnasio, el entrenador establecerá un plan de entrenamiento, así como ciertas pautas alimenticias, únicas para cada persona según su edad, estilo de vida, condición física, etc, lo que hará que alcanzar ciertas metas sean mucho más sencillas.