Se conoce como suelo pélvico al conjunto de ligamentos y músculos que sostienen toda la zona baja del abdomen. Es el encargado de mantener en su correcta posición a varios órganos, como son la vejiga, el útero y el recto. Además, el suelo pélvico tiene la función de mantener los conductos de estos órganos cerrados para así evitar la salida de fluidos, gases e incluso heces.
Al ser una zona tan importante, y la que más sufre durante el parto ya que el bebé tienen que atravesarlo, lo más recomendable es establecer un plan de ejercicio preparto para preparar esta zona. Ejercicios de Kegel o de suelo pélvico pueden ser un gran aliado durante el embarazo. Otra buena opción es realizar masajes perineales más o menos seis semanas antes de que se produzca el nacimiento de la criatura. Estos masajes los puede realizar tanto la madre como el padre y siempre deben hacerse bajo una cuidada higiene ya que, de no ser así, se pueden producir infecciones vaginales muy molestas.