La rodilla es la articulación de mayor tamaño del cuerpo (y además es una de las más complejas que hay). Esto quiere decir que también es una de las articulaciones más propensas a tener problemas de cualquier tipo. Entre estos problemas podemos encontrar enfermedades crónicas o lesiones agudas que causan una gran inflamación y dolor en la zona.
En términos de medicina se conoce como edema y puede hacer que los movimientos habituales como caminar, ponerse de cuclillas o subir escaleras sean difíciles e incluso muy dolorosos.
Las rodillas son delicadas ya que son responsables del peso del cuerpo. Por ello sufren por la actividad diaria que hacemos y el ejercicio que decidamos hacer. Las rodillas inflamadas pueden llegar a ocasionar muchos problemas en nuestro organismo, por ello es importante que nos cuidemos.
Una rodilla inflamada se puede producir cuando tenemos exceso de líquido acumulado en la articulación de la rodilla o a su alrededor. El médico puede llamar a esta afección “efusión en la articulación de la rodilla”. Hay algunas personas que llaman a este problema “agua en la rodilla”.
Por otro lado, una rodilla inflamada podría ser el resultado de un traumatismo, de una lesión causada por sobrecarga, o de alguna enfermedad o algún tipo de trastorno no diagnosticado. Si queremos determinar la causa de la inflamación, existe la posibilidad de que el médico tenga la necesidad de tomar una muestra del líquido para detectar infecciones, enfermedades o lesiones.
Un punto a favor de la extracción del líquido para el análisis es que también ayudara a reducir el dolor y la rigidez relacionados con la inflamación o hinchazón. Cuando el medico llegue a determinar la causa oculta por la cual la rodilla está inflamada podremos comenzar el tratamiento.
Síntomas de las Rodillas Inflamadas
Los síntomas, generalmente, están comprendidos entre los siguientes:
- Inflamación o hinchazón: La piel entorno de la rótula puede estar inflamada de manera notable. Especialmente lo podemos notar cuando comparamos la rodilla afectada con la sana.
- Rigidez: Se da cuando la articulación de la rodilla tiene un exceso de líquido. Es posible que no puedas doblar o estirar la pierna por completo.
- Dolor: Dependiendo de la causa de la acumulación del líquido, la rodilla puede llegar a doler especialmente mucho. El dolor puede ser tal que lleguemos al punto de que sea difícil o incluso imposible soportar el peso en ella.
¿Cuándo debería consultar al médico?
Ante cualquier problema o duda respecto a la salud lo mejor que podemos hacer es acudir con la máxima prontitud. Pese todo podemos decir que deberíamos consultar con el médico si se dan estos casos:
-Los medicamentos recetados y medidas de cuidado personal no consiguen aliviar el dolor y la inflamación.
-Una de las rodillas se pone colorada y la notamos caliente al tacto en compararla con la otra rodilla (la sana).
Causas
Existen muchos tipos de problema diferentes, desde lesiones traumáticas hasta enfermedades u otras afecciones, que pueden provocar inflamación en una rodilla.
Lesiones
El daño en cualquier localización de la rodilla puede hacer que se genere un excedente de líquido en las articulaciones, provocando problemas por la acumulación. Las lesiones que llegan a provocar una acumulación de líquido dentro y en el entorno de la rodilla son:
- El ligamento desgarrado, especialmente el ligamento cruzado anterior.
- El desgarro del cartílago (el menisco).
- La irritación por uso excesivo.
- Una fractura de huesos.
- Luxación de la rótula
Enfermedades y afecciones de Rodilla
Las enfermedades y afecciones no diagnosticadas que son capaces de provocar la acumulación de líquido dentro y en el entorno de la articulación de la rodilla son las siguientes:
- Artrosis
- Artritis reumatoide
- Infección
- Gota
- Seudogota
- Bursitis
- Quistes
- Tumores
Factores de riesgo para las Rodillas Inflamadas
Existen algunos factores de riesgo que debemos tener en cuenta. Estos son:
- Edad: Conforme van pasando los años la probabilidad de padecer inflamación en una rodilla en relación con la artritis crece.
- Deportes: Las personas que practican deportes que implican rotar o mover la rodilla, como podría ser el básquet, son más propensas a este tipo de lesiones. Eso es debido al alto impacto en el que se ven sometidas las articulaciones en este tipo de deportes.
- Obesidad: El exceso de peso crea presión de más en la articulación de la rodilla y favorece a la sobrecarga del tejido y de la articulación. Por consiguiente, contribuye a la degeneración de la rodilla y puede provocar la inflamación de la misma. Además, la obesidad aumenta el riesgo de padecer artrosis, una de las causas más comunes de la inflamación de la rodilla.
Complicaciones en la Rodilla
Las complicaciones resultantes de las rodillas inflamadas son:
- Reducción de la masa muscular: La presencia del líquido en la rodilla pueda dañar el funcionamiento de los músculos y provocar por ello que los músculos del muslo se debiliten e incluso atrofien.
- Saco lleno de líquido (quiste de Baker): La acumulación de líquido en la rodilla puede llegar a formar un quiste de Baker en la parte anterior de la rodilla. Un quiste de Baker inflamado puede ser muy doloroso. Aunque por lo general si ponemos hielo mejorará y además podemos hacer compresiones. Si la inflamación llega a ser severa, seguramente, tendrán que sacarte líquido (aspiración del quiste).
Prevención de la Rodilla Inflamada
Generalmente, una rodilla que este inflamada es el resultado de una lesión o también de una enfermedad crónica. Si queremos llegar a controlar la salud en general y prevenir posibles lesiones, debemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Debemos fortalecer los músculos que se localizan entorno de la rodilla: Si tenemos los músculos fuertes y desarrollados alrededor de una articulación reduciremos la carga. Esto resultará en ayudar a aliviar la presión sobre dicha articulación.
- Escoge ejercicios que sean de bajo impacto: Si podemos escoger ciertos ejercicios que sean de bajo impacto, tendremos menos probabilidades de tener rodillas inflamadas. Ejemplos de estos ejercicios son el aquaeróbic o la natación. Estos ejercicios no implican soportar continuamente el peso de nuestro cuerpo en las articulaciones de las rodillas. Deberemos evitar ejercicios de alto impacto como el correr o saltar especialmente en caso de obesidad y sobrepeso.
- Debemos mantener un peso saludable: El exceso de peso contribuye claramente al daño, por el desgaste que produce. De modo que puede hacer que una rodilla sana acabe inflamada.
